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Mostrando las entradas de junio, 2016

Garras y colmillos: Tsukumogamis (Los espíritus de objetos).

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Los Tsukumogamis, son espíritus del folklore japonés, básicamente consisten en un objeto de uso cotidiano que ha llegado a 100 años de existencia y que por esta razón cobran vida o conciencia, llegando a buscar venganza, si es que fueron tirados o desechados por sus antiguos dueños. Los Tsukumogamis son entes del folclore japonés, los cuales nacen de objetos inanimados, que después de cumplir 100 años de existencia logran cobrar vida. Los objetos que pueden convertirse en Tsukumogamis son muy limitados, pero abarcan desde sandalias hasta espadas. Cabe señalar que su naturaleza no siempre es de maldad, pues si un objeto es “respetado” no buscara venganza de nadie y pasara a la vida sin causar daño a nadie. Origen. El origen practico de estas criaturas puede estar inspirado en el valor de la gratitud que se buscaba inculcar en la población general, pues esta tradición busca dejar un sentido de agradecimiento en las personas sobre todo con lo que les sirve, incluido los objet

La serpiente emplumada en américa, una probadita de cosmología mesoamericana.

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Después de la publicación de la entrada sobre Kukulkán, algunas personas me preguntaban más sobre la serpiente emplumada, es por eso que escribí este post como una introducción al culto que se le tenía en américa a este dios, una de las deidades principales del panteón mesoamericano. La serpiente es un animal presente en la mayoría de las mitologías de todo el mundo, desempeñando tanto papeles oscuros, como la serpiente del mito de adán y Eva, o Apep (gran serpiente egipcia que se enfrentaba a Re en el inframundo), como benevolentes, tal es el caso de la serpiente arcoíris australiana o la serpiente que llevaba consigo el propio dios Asclepio. Las culturas mesoamericanas no se quedaron atrás y en sus mitos y leyendas aparecen serpientes desempeñando un papel dual en la cosmología de estos pueblos. Puedo citar ejemplos tan claros, como el dios Quetzalcóatl o Kukulkán, los cuales son muy conocidos, el culto a la serpiente emplumada en américa data desde los tiempos del per

Inmortales: Sejmet.

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Una diosa egipcia que encarna el poder abrazador y destructor del sol, es la contraparte de la diosa Bastet, quien encarna al calor maternal y sanador del sol. Amabas hijas del dios Ra ofrecen sus servicios a su padre ayudando y castigando al pueblo de Egipto. Sejmet es una diosa egipcia adorada principalmente durante el imperio nuevo, estaba muy asociada a la diosa Bastet, pues era considerada como su contraparte. Mientras Bastet representaba el calor maternal y benefactor del sol, Sejmet representaba el calor abrazador e hiriente de un sol enojado. Su nombre significa la poderosa, la terrible y se le consideraba la diosa de la venganza y en menor medida la de la guerra. Es representada como una leona o en forma semihumana, como una mujer con la cabeza de este animal, pero con melena, lleva un disco solar sobre la cabeza y en ocasiones un ureo (cobra protectora) en sus manos porta un bastón con una flor de loto y un Anj (cruz ansada) el cual representa la vida. Su vestimenta

De sangre fría II: El vampiro de Düsseldorf.

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En esta ocasión te traigo la historia de uno de los peores asesinos alemanes originario de la ciudad de Düsseldorf quien es conocido como “El rey del crimen sexual” y más frecuentemente como “Der Vampir von Düsseldorf” ya que gustaba de desangrar a sus víctimas para consumir su sangre. Origen. “El rey del crimen sexual” como fue conocido en sus días de terror, fue un asesino alemán llamado Peter Kürten, nació el 26 de mayo de 1883, originario del poblado Mülheim, hoy distrito de la ciudad de Colonia. Fue el tercero de los trece hijos engendrados por el matrimonio Kürten. Su padre fue un obrero alcohólico y por lo mismo desempleado, se cuenta que obligaba a la madre de Peter a desnudarse y mantener relaciones sexuales mientras sus hijos observaban, ya que dormían en hacinamiento debido al escaso salario de su padre, que no podía costearse una casa más grande. Con escasos 8 años, el pequeño Kürten, trató de huir de casa pero debido a su edad no soportó la vida de un solitario